¿Haz pensado alguna vez en el agua que compramos y consumimos?

Preguntas como, ¿de dónde viene? o ¿qué hacen con ella antes de embotellarla? Sin embargo, todo el mundo tiene algo más o menos claro: el agua que bebemos, y el agua original, no es la misma.

El agua, al estar en contacto con la tierra en su estado natural, va alimentándose de las materias extrañas que encuentra a su paso. Así, el agua en estado puro, es decir, el agua ‘natural’ que podemos encontrar en medio de la naturaleza, en muchas ocasiones no es apta para el consumo humano, pues el líquido no sólo trae consigo sustancias de la tierra, sino que también adquiere las bacterias de los animales salvajes que beben de ella; por no hablar que, si repasamos el ciclo del agua, por sorprendente que parezca, el agua también bebe de los componentes gaseosos (y contaminados) de la atmósfera.

Este agua, por lo tanto, no puede ser entregada al consumidor sin más. Por el bien de su salud, el agua pasa por un proceso de depuración y sanación, que vendrá determinada según su grado de contaminación, que puede averiguarse mediante un llamado análisis del agua.

¿Qué es un análisis de agua y cómo se realiza?

Dicho análisis, es un proceso químico en el que se extrae una buena muestra del líquido a analizar (dependiendo de la extensión del estudio, se puede llegar a necesitar hasta 1,5 litros). A partir de esa muestra, se determinará su calidad.

No obstante, según las Guías para la Calidad del Agua Potable de la Organización Mundial de la Salud, no hay que llevar a cabo un exhaustivo proceso de detección de todos y cada uno de los agentes patógenos, ya que hacerlo requeriría un tiempo excesivamente largo y su procedimiento sería demasiado complejo (OPS, 1988). Por lo cual, es suficiente identificar ciertos microorganismos que son perjudiciales para la higiene y sanidad humana: los llamados indicadores bacterianos de contaminación.

Es fundamental hacer un listado con el porcentaje de la cantidad de estas sustancias, porque comparándolas con los valores estandarizados indicados en la normativa de la calidad del agua, ello nos dará la clave para saber cuán contaminado (o no) está el H2O.

Como consumidores, es importante saber que el producto que vamos a adquirir es de máxima calidad, por nuestra salud y bienestar.

¡Pide presupuesto para un análisis de agua!